miércoles, 28 de mayo de 2014

LA MONEDA ARCAICA DE LA MAGNA GRECIA (SEGUNDA MITAD DEL SIGLO VI A.C.)

LA MONEDA ARCAICA DE LA MAGNA GRECIA (SEGUNDA MITAD DEL SIGLO VI A.C.)

Durante el siglo VI a.C. la acuñación de moneda, iniciada en Asia Menor el siglo anterior, fue extendiéndose por la hélade (en el sentido más amplio del término) y, en la segunda mitad de la centuria, más concretamente hacia el año 530 a.C., la práctica se generalizó a lo largo y ancho de la Magna Grecia.

Las amonedaciones de este periodo y área geográfica compartían una serie de rasgos estilísticos y metrológicos. La estátera de plata (también referida como nomos) adoptada en el sur de Italia en esta época:

- Pesaba 8,1 g
- Su reverso reproducía la misma figura existente en el anverso pero en forma incusa
- Presentaba grafilas de líneas, puntos o ambas formas
- Generalmente mostraba la deidad protectora de la ciudad emisora o una representación alegórica de ella
- Cuando exhibía una figura antropomorfa, ésta se veía de pérfil, a excepción del torso, que se presentaba de frente

Estátera de Caulonia, 525-500 a.C., 8,14 g, Apolo portando rama, pequeña figura corriendo sobre el brazo del dios y ciervo


Estátera de Poseidonia, 530-500 a.C., 7,48 g, Poseidón blandiendo tridente


Estátera de Tarento, 520-510 a.C., 8,08 g, Falanto cabalgando a lomos de delfín y concha



Estátera de Metapontion, 520-510 a.C., 8,21 g, espiga



Estátera de Croton, 530-500 a.C., 8,08 g, trípode y serpientes entre las patas del mismo


Estátera de Sibaris, 530-510 a.C., 8,03 g, toro


domingo, 25 de mayo de 2014

EL MITO DE TROYA EN LA MONEDA

EL MITO DE TROYA EN LA MONEDA

La Guerra de Troya es un suceso narrado en la épica griega, entre otras obras en la Iliada, respecto al cual la historiografía actual está dividida. Algunos historiadores consideran que los restos arqueológicos de la ciudad descubierta por Heinrich Schliemann (1871) junto al estrecho de los Dardanelos, en la actual Turquía, es la Troya mítica, mientras que otros piensan que Troya y su guerra son sólo una leyenda. Los primeros sitúan cronológicamente el conflico alrededor del año 1200 a.C.

Según el mito, al caer Troya, Eneas, hijo del príncipe Anquises y de la diosa Afrodita y héroe de la Guerra de Troya, logró escapar de la ciudad con su padre, su esposa Creúsa y su hijo Ascanio e inició un viaje, guiando a su familia (Creúsa, no obstante, falleció en el camino) y a otros exiliados de Troya hasta el Lacio, región central de la península itálica donde los troyanos se asentaron, Eneas reinó sobre su pueblo y al cabo de los años sus descendientes Rómulo y Remo fundaron la ciudad de Roma. Cabe señalar que la dinastía imperial Julia-Claudia se declaraban descendiente de Eneas.

A lo largo de la historia de Roma varias emisiones, imperiales y provinciales, representaron la mítica escena del éxodo troyano, germen de su gloriosa civilización.

Tal es el caso de este áureo de Augusto del año 42 a.C., que representa a Eneas cargando con su padre, Anquises, a quién un rayo había causado la ceguera como castigo por haber revelado el divino nombre de la madre de su hijo. Sólo se conocen 8 ejemplares de esta moneda. La de la imagen fue subastada por Numismatica Ars Clasica en el año 2013 y adjudicada por 229.770 dólares.


Este sestercio de Antonino Pío emitido entre los años 140 y 144 muestra a Eneas portando en su legendario viaje a Anquises sobre el hombro y a su hijo Ascanio de la mano.


Las monedas de las siguientes imágenes, un bronce provincial frigio acuñado entre los años 198 y 209 y un áureo de Antonino Pío emitido entre los años 140 y 143 representan también ambos a abuelo, padre e hijo en su travesía hacia el Lacio.



Pero, de acuerdo con el mito romano, Eneas se llevó consigo a Italia algo más que a su familia y compatriotas.

Atenea, diosa de la guerra, fue criada por Triton (hijo de Poseidón y Anfítrite) junto a Palas, la propia hija de Tritón. En cierta ocasión se encontraban Atenea y Palas practicando las artes de la guerra; Palas estaba a punto de dar una estocada a Atenea cuando Zeus, temiendo por la vida de su hija interpuso la égida (escudo de piel de cabra perteneciente al rey de los dioses) entre ambas. La intervención de Zeus desconcertó a Palas y Atenea aprovechó el  desconcierto de ésta para asestarle un golpe, que hirió a su compañera de juegos y le provocó la muerte.

Para aplacar su dolor Atenea talló una estatua de madera de tres codos de altura que representaba a Palas sosteniendo una lanza y que es conocida como el Paladio (Palladión en griego).

Cuando en los juegos organizados por el rey de Frigia, Ilo ganó las pruebas de lucha, el rey le dió una vaca y le pidió que fundara una ciudad donde la vaca decidiera tumbarse. Ilo partió y, cuando en un lugar del camino la vaca decidió tumbarse a descansar, el héroe imploró a Zeus que le enviase una señal de que ese era el lugar elegido. Entonces el Paladio cayó del cielo frente a su tienda y fue en dicha ubicación dónde Ilo fundó la ciudad de Troya y construyó un templo para albergar la figura. Los troyanos consideraban que la imagen había sido enviada por Zeus para proteger la ciudad y que, mientras se encontrara en ella, Troya estaría a salvo.

Algunas narraciones relatan cómo Eneas en su huída llevó consigo el Paladio hasta Italia, suceso al que aluden algunas acuñaciones romanas cuando representan a Eneas portando la legendaria figura.

Denario de Julio César emitido en África entre los años 47 y 46 a.C. Presenta a Venus (Afrodita) en el anverso y a Eneas sosteniendo a su padre con un brazo y con la otra mano el Paladio, en el reverso.


Pero quienes para unos son héroes son villanos para otros y no es casual que la moneda que contradice los hechos refrendados por la anterior sea de origen griego. Este dracma de Argos acuñado entre los años 370 y 350 a.C. sitúa el Paladio en posesión de Diómedes. Como apunta otra versión de la historia, el Paladio fue robado de Troya por dicho héroe aqueo, quién lo sustrajo con la intención de privar a la ciudad de su protección divina, precondición necesaria para su conquista. Los romanos creían que la figura robada por Diomedes fue una copia de la original, que fue la que Eneas se llevó a Italia.


sábado, 17 de mayo de 2014

LA SIMBOLOGÍA EN LA MONEDA GRIEGA ARCAICA

LA SIMBOLOGÍA EN LA MONEDA GRIEGA ARCAICA

La religión constituía un especto esencial y omnipresente en la vida de las antiguas polis griegas. Los dioses eran considerados, entre otras cosas, fundadores de las ciudades y creadores de las artes y es patente la presencia de sus deidades en una parte muy significativa de las amonedaciones griegas.

Pero, de acuerdo con Percy Gardner (*), aún en otras acuñaciones en las que la alusión a las figuras del panteón griego no era tan manifiesta, la simbología tenía igualmente un carácter mitológico y se refería a sus divinidades de manera menos directa. El modo en que los dioses se representaban en estas amonedaciones era la plasmación en ellas de los símbolos asociados tradicionalmente a las distintas deidades en los cultos locales de las ciudades.

Según Gardner, con el transcurso del tiempo, el símbolo asociado a una divinidad e, indirectamente, a la ciudad patrocinada por ella, podía llegar a convertirse también en el icono de esa población pero, en último término, el nexo existente entre la polis y su emblema era el dios correspondiente.

Está comunmente admitido que la lechuza es una representación de la diosa Palas, la lira de Apolo, la copa de vino de Dioniso o el tridente de Poseidón, pero Gardner va bastante más lejos cuando afirma que toda la moneda griega temprana tenía un trasfondo religioso.




Para él, la espiga presente en la amonedación de Metapontion (Magna Grecia) simbolizaba la fertilidad de Demetra, el escudo beocio representaba el escudo de Hércules, el escudo macedonio aludía al de Ares, la hoja de perejil de Selinus (Sicilia) a Zeus de Nemea, el caballo de Ferai (Tesalia) a Poseidón, el lobo de Argos (Peloponeso) a Ares o a Apolo Licio, la tortuga de Aegina a la diosa Astarte y el león de Cnido (Asia Menor) a Cibeles.





Los motivos identificados con una misma deidad podían y solían, incluso, diferir entre unas y otras polis, particularmente en un momento, el de las acuñaciones más tempranas, en que la interacción entre los pueblos helenos era todavía relativamente escasa y sus mitos presentaban un caracter marcadamente local.

Así, en la moneda de Croton (colonia de la Magna Grecia), Apolo era representado por medio del trípode; en Colofón (Jonia, Asía Menor) el mismo Apolo era representado por la lira; en Kárpatos (isla cercana a Rodas) por un delfín (relacionado con Apolo Delphinios, uno de los innumerables epítetos del dios); en Teos (Jonia, Asia Menor) por el grifo, relacionado con el Apolo Hiperbóreo; en Ialissos (Rodas), por el águila, ave del sol; en Clazómenes (Asia Menor) por el jabalí alado.




Algunas de las asociaciones simbólicas apuntadas por Percy Gardner quizás puedan considerarse peregrinas; otras quizás más plausibles; pero, en términos generales, parece razonable pensar que, un pueblo que hasta que Alejandro fue deificado por conquistar la mayor parte del mundo conocido no consideró a ningún mortal digno de aparecer en sus monedas, reserve la tan alta distinción de figurar en ellas a aquello perteneciente a la esfera de lo divino.

* Percy Gardner, The types of greek coins, Cambridge University Press, 1883


miércoles, 23 de abril de 2014

EMISIONES IMPERIALES ROMANAS EN HISPANIA: ORO

EMISIONES IMPERIALES ROMANAS EN HISPANIA: ORO

Si bien las emisiones imperiales en cecas hispanas fueron contadas, ciertos autores atribuyen acuñaciones incluso áureas (en algunos casos no sin provocar cierta controversia) a algunas de las más relevantes ciudades de la Hispania romana.

Ciertos áureos de época augustea son atribuídos a la ciudad de Cesaraugusta (Zaragoza), colonia fundada por Octavio en el año 14 a.C. con la implicación de parte de las legiones que habían luchado en las guerras cántabras.


Otras emisiones realizadas con la efigie de Augusto son atribuidas a Colonia Patricia, Córdoba, colonia fundada por Roma con población originaria de la metrópoli en el año 169 a.C., que en época de Augusto se convirtíó en la capital de la Bética.






Servio Sulpicio Galba fue enviado a Hispania en el año 60 como gobernador de la Tarraconense, dónde permaneció 8 años hasta que fue nombrado Emperador de Roma en el año 68 (sucediendo a Nerón). Ostentó el cargo durante siete meses hasta su asesinato en Roma en el año 69. Algunas de las acuñaciones que Galba realizó durante su principado suelen localizarse en Tarraco, capital de la provincia a la que daba nombre y la mayor de las demarcaciones romanas en la Hispania altoimperial.

Entre las piezas acuñadas a nombre de Galba, merece especial mención por su extremada rareza y su gran belleza el ejemplar presentado en la siguiente imagen, un áureo del cual se conoce un único ejemplar, que muestra a Galba cabalgando en el anverso y el busto de Hispania (mucho más agraciada, dicho sea de paso, que el propio Galba, quien tuvo mal envejecer a consecuencia de sus excesos culinarios y posiblemente de otra índole) en el reverso. La moneda fue subastada por Aureo y Calicó en Febrero de 2012 y alcanzó un precio de 120.000 EUR.


La siguiente pieza de Galba/Tarraco, alcanzó también una altísima cotización cuando salió a subasta por mano de Numismatica Ars Clasica en 2012 alcanzando un precio de venta de 301.140 USD.


A nombre de Vitelio, emperador de Abril a Diciembre del año 69, se emitieron también áureos en Tarraco. El siguiente ejemplar, acuñado en una ceca hispana, posiblemente Tarraco, fue subastado por Numismatica Ars Clasica en Octubre de 2012 y adjudicado por un precio de 279.630 USD.


Otros áureos de Vitelio acuñados en Tarraco.


También en época de Vespasiano, primer emperador flavio (años 69 a 79), entre cuyas políticas destaca, por lo que respecta a Hispania, la concesión más o menos (dependiendo de a quién se pregunte) generalizada de la municipalidad latina a las ciudades hispanas, la capital de la Tarraconensis emitió moneda de oro.







domingo, 6 de abril de 2014

LA PRIMERA MONEDA: LIDIA Y JONIA: SIGLO VII A.C.

LA PRIMERA MONEDA: LIDIA Y JONIA: SIGLO VII A.C.

Hay cierto consenso en considerar como primeras amonedaciones oficiales las realizadas en Lidia y en Jonia, regiones de Asia Menor (actual Turquía), durante el siglo VII a.C. Las monedas acuñadas en esta zona y periodo fueron principalmente de electro, aleación natural (aunque también se ha producido de forma artificial) de oro y plata con una proporción variable de ambas que confería a las emisiones monetales hechas en este metal un amplio espectro cromático.

La siguiente estátera de electro de 14,32 g emitida en una ceca incierta de Jonia entre los años 670 y 660 a.C., que presenta un campo de líneas estriadas en el anverso y formas geométricas (una línea con cuadrados a ambos lados) en el reverso, se considera el primer tipo de moneda emitido. Sólo se conocen una docena de ejemplares iguales. El de la imagen fue subastado en 2011 por Heritage Auctions y alcanzó un precio de 65.000 dólares.


Aunque la moneda arcaica no suele alcanzar en las subastas los exorbitados precios de las piezas más exclusivas del periodo clásico, algunos ejemplares del periodo arcaico han llegado a cotizarse también a precios muy altos. Tal es el caso de esta estátera de electro de 14,04 g emitida en Jonia alrededor del año 550 a.C., que muestra dos leones rampantes enfrentados en el anverso y el cuadrado incuso en el reverso. La moneda, de la cual sólo se conocen dos ejemplares, fue subastada por Nomos AG en Octubre del año 2011, alcanzando un precio de 331.267 dólares.


Esta estátera de electro (14,14 g) acuñada en Éfeso (Jonia) entre los años 625 y 600 a.C., que en el anverso muestra un ciervo, motivo muy característico y recurrente en las emisiones de la ciudad (también durante el periodo clásico) fue subastada en el año 2010 por la casa de subastas de Munich Gorny and Mosch, alcanzando un precio de 300.000 EUR (408.219 dólares). Sólo se conocen 9 ejemplares de esta moneda.


La siguiente estátera de electro (16.46 g), acuñada en Focea entre los años 620 y 600 a.C., muestra una foca, símbolo de la ciudad, comiéndose a un pulpo. Quienes fundaron la colonia de Emporion en Hispania (actual provincia de Gerona), fueron colonos originarios de este asentamiento jónico. La moneda de la imagen fue vendida por mediación de Baldwins en el año 2007, alcanzando un precio de 80.000 dólares.


sábado, 29 de marzo de 2014

LA MONEDA DE LA MAGNA GRECIA: TARENTO (CALABRIA)

LA MONEDA DE LA MAGNA GRECIA: TARENTO (CALABRIA)

Tarento (Taras era su nombre griego original), colonia fundada por espartanos a finales del siglo VIII a.C. en la costa mediterránea, al sur de la península itálica, fue una de las ciudades más ricas de la Magna Grecia. A finales del siglo VI a.C. Tarento comenzó a emitir moneda.

La estátera de oro mostrada en la imagen (8.56 g), extraordinariamente bella y en un excelente estado de conservación, acuñada en Tarento entre los años 320 y 315 a.C., presenta la cabeza de Hera, esposa de Zeus, en el anverso y jinete desnudo a caballo con Niké sobrevolando, en el reverso. Sólo se conocen 13 ejemplares de esta moneda, de los cuáles 8 se encuentran en museos.

El ejemplar de la imagen fue subastado en el año 1995 por Numismatica Ars Clasica (lote 8) y adjudicado por un precio de 25.000 francos suizos. En el año 2008 la casa LHS Numismatik AG sacó de nuevo a la venta la moneda (lote 13), alcanzando ésta un precio de 52.000 francos suizos (unos 50.358 dólares).


Otro ejemplar de esta moneda, con un excepcional pedigrí, adquirido entre otras razones a consecuencia de su pertenencia a las colecciones Vlasto (24) y Próspero (29), fue vendido por mediación de Baldwin's en Enero de 2012 a un precio de 75.000 dólares y poco después, en Noviembre de ese mismo año, fue subastada de nuevo, en este caso por Numismatica Genevensis, alcanzando un precio (al cambio) de 102.266 dólares.

La moneda por la que más se ha pagado entre las acuñadas en Tarento es una estátera de oro de 8,56 g emitida entre el año 344 a.C. y el 338 a.C., que muestra la cabeza de Hera en el anverso y a Taras, el heroe legendario fundador de la ciudad, de pié, levantando los brazos en actitud de súplica hacia Poseidón, el rey de los mares (y su padre, de acuerdo con la teoría más generalizada).

La moneda, que formó parte de colecciones tan emblemáticas como la colección Próspero, la colección Woodward y la colección Evans, salió a subasta por última vez el Enero del año 2012 por un precio de 70.000 dólares y fue adjudicada en 350.000.


El nomos reducido (3,72 g/20 mm) de plata mostrado en la siguiente imagen, permite observar, en el reverso, el icono más idiosincrásico de la moneda tarentina: La figura de Taras a lomos de un delfín. En el anverso, la moneda muestra un joven desnudo a caballo. Fue acuñada entre los años 212 y 209 a.C.